jueves, 26 de abril de 2012

saldrá en revista Ñ

yo estoy a favor de que el estado apoye a las artes pero con poco dinero, estoy a favor también de que los proyectos artísticos cuesten poco dinero.
por eso en relación al cine para mí el estado debería desentenderse de la idea de industria cinematográfica, porque esa idea ya fracasó: la industria hoy es un bodoque sostenido únicamente por el enorme dinero público, no hay una cadena genuina industrial porque el flujo de dinero únicamente proviene del aporte del estado entonces todo finalmente está sujeto a los intereses políticos. por otro lado la idea de industria hace que una película cueste cinco veces más de lo que podría costar sólo por el hecho de que hay que fomentar una industria. el estado se desgasta detrás de esa idea en lugar de asumir un rol más dinámico ayudando a pensar cómo hacer mejores películas y a delinear mejores estrategias de exhibición y consumo para el mercado interno y para el externo.
las películas comerciales también fracasan (no sólo el cine de autor),  la red de amigos y compañeros del poder vive abrazada a los subsidios haciendo películas sólo por el hecho de acceder con fluidez a esos subsidios y los productores han cooptado los fondos impidiendo que directores, nuevos productores y todo tipo de propuestas más renovadoras puedan acceder al apoyo público para generar sus proyectos. todo se remonta a la reforma al plan de fomento que Coscia junto a las cámaras de productores implementaron en 2004, apuntando al modelo español de producción cinematográfica.  El resultado es básicamente una producción abundante y de nivel muy malo, como la del cine español. El cine argentino está perdiendo mucho por causa de las malas políticas de cine. No resulta muy estimulante que se ignore por completo la necesidad de apoyar a nuevos realizadores y de fomentar nuevos modos de producción. Hoy en latinoamérica hay un muy buen caso de apoyo estatal que es el colombiano. trasparente, ecuánime, modesto y eficaz. es importante decir también que el organismo colombiano cuenta con 12 empleados, alojados en una bella casa frente a un parque, creo que el parque simón bolívar de bogotá. siempre va a ser mejor pensar el estado desde ahí que desde la omnipotencia stalinista del poder que suele imaginar la Argentina . En Colombia, es bueno decirlo, todo se resuelve por concursos en donde la mayoría de los jurados son invitados extranjeros para evitar precisamente el amiguismo y la conveniencia política, dos factores que atentan contra la transparencia de cualquier sistema. De continuar con esta tendencia todo parece indicar que tendremos un Instituto superpoblado de empleados, abocado principalmente a los contenidos de la televisión digital y destinando una porción de sus recursos a las grandes productoras de cine que seguirán haciendo mal cine de género.
En relación a Réimon, mi actual proyecto, la estoy realizando por fuera de los esquemas tradicionales de fomento. Hasta donde se el instituto no contempla la instancia de un film sin guión formal y por esa razón es que decidí trabajar del modo en que lo estoy haciendo, por supuesto con mucha mayor libertad. Veremos hasta dónde llego, ojalá pueda terminarla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario